La informalidad, la delincuencia y las condiciones adversas ante las grandes empresas para competir con los proveedores, son enemigos feroces para el comercio detallista no tan solo en San Bernardo, la provincia de Maipo o la Región Metropolitana. En la actualidad, vencerlos es un desafío generalizado a lo largo del país, como lo expuso Valentina Bravo, presidenta Federación del Comercio Detallista y Turismo del Maule, en el contexto de la celebración del “Mes del Comercio”.
Manifestó que los comerciantes están diariamente en contacto con la comunidad. Saben de sus penas y alegrías. Su gran característica es la atención personalizada y entregar los mejores esfuerzos por satisfacer sus necesidades.
“Somos el verdadero barómetro de nuestros clientes y consumidores. Para ser comerciante hay que tener mucho coraje, valentía entusiasmo y deseos de salir adelante. No cualquiera lo puede hacer en la actualidad. Es cierto, nos vemos enfrentados a muchas adversidades. Muchos son emprendimientos que con esfuerzo y sacrifico salen adelante gracias al apoyo del núcleo familiar”.
No es fácil mantener un negocio, dijo en su discurso pronunciado el Día del Comercio en la Séptima Región. Deben enfrentar muchas dificultades, como la informalidad que prácticamente en el último tiempo que ha llegado a niveles nunca antes vistos.
“Las ventas callejeras se han tomado las vías de accesos de las ciudades. Se vende de todo sin exigencias administrativas ni sanitarias de ningún tipo, para funcionar. Lamentablemente este tipo actividades lucrativas se llevan a efecto sin una fiscalización adecuada, que permita hacerles frente, combatirlas y eliminarla”.
Valentina Bravo expresó que las autoridades reclaman la falta recursos para financiar los programas de desarrollo económicos y social que se necesitan especialmente para favorecer a los sectores más desvalidos de la comunidad.
“Pues bien, en la calle están los impuestos que tanto pregonan. Si se lo proponen es muy posible que los recursos lleguen para cumplir dichos programas. No es posible que al comercio establecido se le hagan tantas exigencias para funcionar.
Sin embrago, las ventas callejeras no pagan patente, impuesto, remuneraciones, leyes sociales y todos aquellos requisitos que deben cumplirse. Además, en estos lugares se venden artículos de dudosa procedencia. También se constituyen en focos para favorecer la delincuencia el tráfico de droga que provocan tanto daño especialmente en nuestra juventud.
Somos diferentes a las grandes empresas. Y cualquier medida nos afecta. Pedimos medidas diferentes a las grandes empresas. Por ejemplo, nos falta infraestructura, carecemos de profesionales, de estadísticas y tecnología. Tenemos muchas dificultades para el acceso al mercado y a las fuentes de financiamiento.
Queremos decir que somos una fuente de empleo efectiva, ya que las pymes entregan más del 50% de puestos de trabajo. Somos la entrada al trabajo de muchos jóvenes que se inician en el campo laboral y que no cuentan con una especialidad determinada.
Los comerciantes establecidos somos los recaudadores ad honorem del Estado. Hacemos esta función con mucho agrado a cambio de nada. No estamos pidiendo privilegios especiales, solo exigimos que se nos brinden medidas que nos permitan potenciar nuestro fomento y desarrollo que nos permitan mantenernos en el mercado y proyectar nuestro futuro”.