Las intensas lluvias que desde la tarde del martes caen en la zona centro sur del país han dejado miles de damnificados y múltiples daños materiales tanto particulares como estatales, principalmente en la Región del Maule y Metropolitana por el desborde de los diferentes ríos.
En el marco del sistema frontal, Licantén ha sido una de las comunas más afectadas por este temporal. De hecho, ayer martes la ministra del Interior, Carolina Tohá, aseguró que la mitad de la comuna se encontraba bajo el agua. Durante la madrugada de este miércoles, el Senapred emitió la alerta SAE para evacuar el sector de La Manresa en Talagante, por peligro de desborde del río Maipo. Esta zona, la provincia de Cordillera y Maipo ya se habían sido muy golpeadas por las lluvias de junio pasado.
El problema es grave para los agricultores y comerciantes detallistas establecidos, fundamentalmente, porque pierden sus casas habitación sus pertenencias y sus fuentes de ingreso.
Esto significa un futuro muy complicado, porque además las autoridades del ministerio del Interior y locales en cada comunidad están ocupándose de lo inmediato. Pero qué pasa con los encargados de Hacienda y Economía. No hay ningún plan ante este tipo de catástrofes en un país que no es ajeno a terremotos, aluviones, y ahora ríos atmosféricos. Hasta el momento no se han pronunciado sobre medidas que permitan levantar estas áreas de la producción. En especial al comercio también recientemente golpeado por el frente de mal tiempo de junio y con deudas desde la pandemia.
Ante este escenario, el secretario general de la Cámara de Comercio de San Bernardo, Pedro Zamorano, indica que en este caso los dirigentes nacionales del Comercio deberían presentar a las autoridades propuestas para aliviar este nuevo golpe que han recibido los comerciantes:
“Creo que las cúpulas de las Organizaciones Gremiales deberían estar solicitando para Licantén y otras comunas de la Región Metropolitana que estén en situaciones similares algunas medidas. Po ejemplo:
Exención de pago de patentes al menos por 1 año.
Reprogramación de créditos y postergación de pago al menos por 3 meses sin recargo de intereses.
Subsidios y créditos blandos para reactivar emprendimientos afectados por pérdidas sobre el 50% de sus activos.
Apoyo efectivo a empresas y trabajadores que hayan quedado inoperativas, respecto a temas de sueldos y pagos de imposiciones.
Postergación de pago de cuotas de contribuciones sin aplicación de multas e intereses”.