Héctor Sandoval, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Chile (CONAPYME), criticó la “inacción” gubernamental tras el reciente y desgarrador asesinato de dos agricultores en Malloa, asegurando que este acto de violencia, que ha conmocionado a todo el país, exige una respuesta enérgica y efectiva por parte de las autoridades.
“Chile se encuentra consternado por el brutal asesinato de dos agricultores y microempresarios en la comuna de Malloa. Nos alarma profundamente la falta de acción por parte del gobierno. Es imperativo que se actúe con celeridad y determinación; el Estado debe emplear todos los recursos a su alcance para combatir la creciente ola de delincuencia.
Hemos denunciado el persistente clima de violencia en Chile y la normalización de los niveles de criminalidad en diversas regiones del país, sobre todo el clima en el que deben trabajar los pequeños y medianos empresarios, como la hacían normalmente estos dos agricultores.
“El gobierno tiene la responsabilidad urgente de tomar medidas drásticas para poner fin a esta espiral de violencia y delincuencia. Los asesinatos, los secuestros, los ataques armados contra niños, las extorsiones… y ahora, dos trabajadores que sacrifican sus vidas por cultivar y vender sus productos en i es necesario desplegar a las fuerzas militares para proteger nuestras estructuras vitales como mercados, recintos públicos y terminales, así lo exigimos. La seguridad y la integridad de nuestros ciudadanos y emprendedores están en juego, y no toleraremos más inacción por parte del gobierno”.
Conapyme exige justicia, seguridad y acción inmediata frente a la creciente amenaza que representa la delincuencia en Chile. Es hora de proteger a nuestra gente y restaurar la paz que tanto anhelamos”.
El sábado 28 de enero, cuatro individuos de nacionalidad venezolana perpetraron un asalto armado contra un camión en Malloa, Región de O’Higgins, asesinando a dos agricultores y dejando herido a un menor de 16 años (hijo de uno de los agricultores). Las víctimas regresaban a su hogar desde la Región Metropolitana tras vender mercadería en Lo Valledor.